Los misterios basados en la numerología es otro de los secretos destacados en La Isla, pero que pocos de los sobrevivientes conocen o le dan importancia. Los números que se aparecen sucesivamente, al parecer envueltos en temas de vital importancia, son: 4 -8 - 15 - 16 - 23 - 42.
La primera mención de estos es en las notas de Danielle Rousseau, donde escribió esos números junto a un mapa precario de La Isla. Ella dice que los números se emitían por una frecuencia de radio que la llevó a ella y a su equipo de científicos a desembarcar y quedarse en La Isla (la señal luego la cambio por su señal de auxilio). Sabiendo esto Hurley no deja de mencionar que los números tienen algo especial, y cree que están malditos.
En el capítulo "Numbers (Números)", Hurley cuenta su vida antes de llegar a La Isla: es un millonario por ganar la lotería. Pero no lo disfruta porque todas las cosas o personas con las que se rodea terminan sufriendo una desgracia (muertes de seres queridos, accidentes, incendios, etc.). Hurley intenta investigar por qué tienen esos efectos los números, y por eso va a dar con su fuente: un interno, y antiguo compañero cuando Hurley estaba internado, del Instituto Mental Santa Rosa llamado Leonard Simms. Leonard no deja de mencionar los números, una y otra vez, hasta que Hurley le dice que le cayó la maldición a él porque los jugó y ganó en la lotería. Leonard vuelve a la realidad y se enfurece con Hurley diciéndole que no debía hacer eso, pero antes de que se lo lleven los enfermeros logra decirle de donde sacó esos números.
Así, Hurley viaja a Sydney, Australia, en busca de la persona que escuchó por primera vez los números en la radio del barco de la marina de EE.UU. en 1988: Sam Toomey. Por desgracia el hombre se suicido por culpa de los números y la mala suerte que lo rodeo. La mujer de Sam niega que estén malditos los números, pero la historia del accidente en donde ella perdió una pierna, pero a su marido no le había ocurrido absolutamente nada, confunde a Hurley. Encontrando más negativas que afirmaciones a su idea de "números malditos", decide volver a Los Ángeles en el vuelo 815 (en el aeropuerto pasa entre jugadoras de un equipo de fútbol femenino con los números en las camisetas), aunque ese vuelo no llegaría a destino y lo llevaría a sobrevivir en La Isla.
La última vez que se ven esos números es en la parte externa de la escotilla, en el capítulo "Exodus: Part II (Exodo: Parte II)". Hurley al verlos pide que no la abran, aunque no logra impedirlo, porque los números están malditos y no es un buen augurio que estén allí impresos.
La primera mención de estos es en las notas de Danielle Rousseau, donde escribió esos números junto a un mapa precario de La Isla. Ella dice que los números se emitían por una frecuencia de radio que la llevó a ella y a su equipo de científicos a desembarcar y quedarse en La Isla (la señal luego la cambio por su señal de auxilio). Sabiendo esto Hurley no deja de mencionar que los números tienen algo especial, y cree que están malditos.
En el capítulo "Numbers (Números)", Hurley cuenta su vida antes de llegar a La Isla: es un millonario por ganar la lotería. Pero no lo disfruta porque todas las cosas o personas con las que se rodea terminan sufriendo una desgracia (muertes de seres queridos, accidentes, incendios, etc.). Hurley intenta investigar por qué tienen esos efectos los números, y por eso va a dar con su fuente: un interno, y antiguo compañero cuando Hurley estaba internado, del Instituto Mental Santa Rosa llamado Leonard Simms. Leonard no deja de mencionar los números, una y otra vez, hasta que Hurley le dice que le cayó la maldición a él porque los jugó y ganó en la lotería. Leonard vuelve a la realidad y se enfurece con Hurley diciéndole que no debía hacer eso, pero antes de que se lo lleven los enfermeros logra decirle de donde sacó esos números.
Así, Hurley viaja a Sydney, Australia, en busca de la persona que escuchó por primera vez los números en la radio del barco de la marina de EE.UU. en 1988: Sam Toomey. Por desgracia el hombre se suicido por culpa de los números y la mala suerte que lo rodeo. La mujer de Sam niega que estén malditos los números, pero la historia del accidente en donde ella perdió una pierna, pero a su marido no le había ocurrido absolutamente nada, confunde a Hurley. Encontrando más negativas que afirmaciones a su idea de "números malditos", decide volver a Los Ángeles en el vuelo 815 (en el aeropuerto pasa entre jugadoras de un equipo de fútbol femenino con los números en las camisetas), aunque ese vuelo no llegaría a destino y lo llevaría a sobrevivir en La Isla.
La última vez que se ven esos números es en la parte externa de la escotilla, en el capítulo "Exodus: Part II (Exodo: Parte II)". Hurley al verlos pide que no la abran, aunque no logra impedirlo, porque los números están malditos y no es un buen augurio que estén allí impresos.
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